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Esta es quizá una de las disputas históricas más famosas entre los amantes de los mascotas. Tanto amantes de unos como de otros están convencidos de que el animal de su preferencia es el más inteligente, los amantes de los gatos los defienden porque son independientes, los amantes de los perros porque les "hacen fiesta" cuando llegan y entienden mejor sus órdenes. Cada cual esgrimirá sus razones para jactarse de la inteligencia de su mascota.
Infinidad de estudios demuestran que efectivamente gatos y perros poseen un alto grado de inteligencia, concepto que finalmente vino a derrotar el clásico que nos enseñaron desde niños: los animales actúan solamente por instinto.
Y pese a las dificultades que conlleva comparar dos especies tan diferentes, la revista New Scientist publicó un informe basándose en distintas investigaciones y comparando las habilidades y capacidad de aprendizaje e interacción de perros y gatos.
La publicación científica estableció 11 categorías para dirimir el grado de inteligencia de ambos animales, el cerebro, la domesticación, el sentido afectivo, la popularidad, el entendimiento, la solución a problemas, la vocalización, la adaptabilidad, los sentidos supremos, la ecología y la utilidad, fueron examinados en cada caso. En la evaluación de estas 11 categorías, el resultado fue 6 a 5 a favor de los perros, lo que quiere decir que los perros son más inteligentes que los gatos.
En cerebro, ganaron los gatos porque tienen 300 millones de neuronas: casi el doble de las que tienen los perros. En domesticación, en cambio, ganaron los perros quienes habrían sido domesticados hace 16.000 años. La domesticación del gato se cree que se inició hace 9.500 años. También ganaron en afecto porque los estudios mostraron que muchas veces el vínculo entre un amo y su perro es similar al de un padre con un hijo.
Los gatos dominan en popularidad, un sondeo en 10 países indicó que hay más de 200 millones de gatos mascotas, contra 173 millones de perros, los canes ganaron en entendimiento ya que pueden mantener contacto visual con el ser humano y parecen dispuestos a buscar información en un rostro y aunque los gatos pueden entender ciertos gestos, no logran hacerlo en la misma medida como lo pueden hacer los perros.
Por último, la investigación concluye que los gatos poseen mejores sentidos y son más amigos del medio ambiente, mientras que los perros son más útiles y más adaptables. Todo esto indica que los perros les ganan a los gatos, como se diría, por un pelo.