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Los dientes son una parte importante del cuidado de tu perro. Es muy recomendable lavarlos, sobre todo si en su dieta se incluyen alimentos blandos y/o el perro no acostumbra a morder y limpiar sus dientes. Hazlo con productos y cepillos especiales para perros; nunca con tu pasta, ya que es muy agresiva para ellos, les pica y les arde. Si te es difícil conseguirla puedes hacerlo sólo con agua, lo más importante es quitar los restos de alimentos de los dientes y evitar así la multiplicación bacteriana. La falta de salud dental puede ocasionar muchos problemas en tu perro, incluyendo caries, infecciones generalizadas cuando una bacteria pasa al torrente sanguíneo o la molestia causada por el dolor y la inflamación. El cuidado de los dientes de tu perro debe empezar cuando aún es un cachorro. Esto te permitirá educarlo correctamente para permitir el cepillado y las inspecciones en la boca.
Simplemente toca su boca con suavidad, sin sujetarla. Cuando él acepte esta manipulación tranquilamente, dale una recompensa de comida.
Poco a poco acostumbra a tu perro a aceptar que introduzcas tus dedos en su boca, recompensándolo cada vez que te permita hacerlo. Cuando lo logres, puedes empezar a frotar sus dientes con un algodón empapado de pasta dental para perros. Las cuales suelen tener un sabor agradable para los perros.
Posteriormente puedes empezar a usar un cepillo de dientes diseñado para perros. Asegúrate de usar uno blando y de no frotar demasiado. Quizás te resulte más útil un cepillo "de dedo", que se puede fijar en tu dedo.
Repite esta actividad todos los días para que se acostumbre, y posteriormente puedes realizarlo 2 veces por semana.