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A lo largo de la historia, se han conocido verdaderos casos de lealtad, valentía y heroísmo de distintos animales hacia sus dueños e incluso, hacia personas extrañas que se han visto expuestas al peligro.
Una de esas historias de animales que han quedado escritas en la memoria colectiva es la de los perros Taro y Jiro de Japón, por la hazaña que estos perros llevaron a cabo. Se trata posiblemente de los canes con más estatuas levantadas en su honor en Japón y quizás en el mundo. En 1957 partía hacia la Antártica la primera expedición japonesa con 11 hombres, que pasaría un año entero allí. Junto con el equipo, viajaron 15 perros de la raza Husky Sakhalin, que tirarían de los trineos en las distintas salidas de exploración desde la base. Después de un año de expedición, el segundo equipo se dirigía hacia la base para reemplazar al primero, pero un fuerte temporal hizo que el barco en el que viajaban quedara atrapado en el hielo. El barco y sus tripulantes fueron rescatados, y los once ocupantes de la primera expedición fueron evacuados en helicóptero, pero los perros tuvieron que ser abandonados en la fría Antártica. Como era de esperar, el equipo a su llegada a Japón fue criticado enérgicamente. Pasó otro año y la tercera expedición volvió a la base para reemprender las actividades, con la sorpresa de que no todos los perros habían muerto. Dos fueron encontrados, Taro y Jiro. Habían sobrevivido durante once meses en plena Antártica respetando los cuerpos de sus compañeros muertos, ya que no había signos de necrofagia. Los perros habían aprendido a cazar pingüinos e incluso focas y sobrevivieron a las duras condiciones climáticas. Los dos perros se convirtieron en héroes nacionales. En 1983, su historia fue llevada al cine (Cuento de la Antártica). En el año 2006, Walt Disney Pictures realizó la película, “Eight Below” y se pueden encontrar monumentos en recuerdo de Taro y Jiro en distintas ciudades de Japón.
Pero no todos los perros héroes son tan famosos, y algunos pasan desapercibidos, como el caso de un perrito Pitbull del estado de Florida en EEUU. Éstas son las historias que la prensa no expone, porque los perros de esta raza muchas veces son considerados victimarios y no los héroes. Una mujer junto a su pequeño hijo de dos años volvían de un parque de juegos, cuando del estacionamiento apareció un hombre que con un cuchillo amenazó a la madre. Entonces un robusto perro de raza Pitbull se abalanzó contra el delincuente, salvando la vida de la Madre con su hijo. Además de este acto de valentía que sorprendió a la mujer y a la policía, después de esta hazaña se subió muy tranquilamente al auto de la mujer y se quedó cuidándolos hasta que llegó la policía. El fantástico Pitbull no conocía ni a la madre ni su hijo, actuando instintivamente para rescatar a dos inocentes personas del peligro.
Otro perro héroe es Rocky, un labrador de Perú. El pequeño Adrián, todas las tardes iba a buscar a Rocky para jugar, pues el perro era de los vecinos. El niño se salvó de morir aplastado porque Rocky tiró fuertemente de su camiseta y lo jaló hacia la calle antes de que la pared de su patio cayera sobre él.
En Argentina, en un sector rural cerca de Buenos Aires, una joven de 14 años dio a luz en la intemperie y abandonó a su bebé pese al frío y la niebla. El bebé quedó solo y desnudo, a un paso de la muerte debido a la hipotermia. Pero milagrosamente apareció "China", una perrita del campo de ocho años, que estaba amamantando a sus cachorritos recién nacidos. Guiada por su instinto maternal, tomó a la recién nacida con su boca, sin morderla, tal como lo hace con sus crías, y la trasladó 50 metros hasta su vivienda, al lado de un gallinero. Allí la mascota acomodó entre los cachorros a la niña, cobijándola con el calor de los cuerpos. Cuando el bebe comenzó a llorar, China salió de la caseta ladrando, despertando al dueño, quien encontró al recién nacido con los cachorros. Enseguida llamó a la comisaría y trasladaron a la niña al hospital, asegurándose de que estaba fuera de peligro.
Pero no sólo son los perros los héroes, también hay muchas historias sobre otros animales que nos han sorprendido por su nobleza.
Un loro llamado Peanut al que le gustaba imitar sonidos ayudó a salvar a un hombre y su hijo en medio del incendio de su casa, al imitar la alarma que detecta humo. El hombre y su hijo de nueve años se quedaron dormidos en un sofá mientras veían una película. Se despertaron en la madrugada y se encontraron con su casa incendiándose después que el loro de la familia imitó la alarma de incendio, lo que los despertó.
Filippo un delfín que vive en el Puerto de Manfredonia, salvó a un niño de 14 años que no sabía nadar empujándolo hasta el barco del cual se había caído. En otra localidad, un pescador quedó a la deriva durante una tormenta y 30 delfines empujaron su barcaza hasta la costa, poniéndolo a salvo.
El gato Tiger, alertó de la enfermedad a su dueño Adams. Tiger subió a la cama donde estaba su dueño y puso encima su pata, la arrastró hacia su costado izquierdo y se mostró firme mostrando que había algo allí. Gracias al aviso de su gato, Adams recurrió a su médico y logró operarse a tiempo, antes de que el cáncer que padecía se agravara. Los gatos tienen un sentido del olfato muy desarrollado que les puede permitir detectar enfermedades en humanos. Además, son sensibles a cambios sutiles en el lenguaje corporal de sus dueños.
Otro hecho sorprendente sucedió en 1950, cuando una mujer anciana vivía sola con su gato y un canario llamado Baberos. La sobrina de la mujer y su marido vivían a unos cientos de metros de su casa. Una noche, la sobrina despertó por lo que parecía ser un golpe en la ventana y trató de hacer caso omiso de él, pero la insistencia de aquel ruido hizo que la sobrina saliera de la cama y se dirigiera a la ventana para investigar. Para su asombro, el sonido de golpes frenéticos contra la ventana lo producía el canario Baberos. El pajarito nunca antes había salido fuera de la casa, pero de alguna manera había logrado llegar a casa de ellos. La hazaña fue dura para el canario, ya que tristemente cayó muerto de agotamiento. Inmediatamente, la sobrina partió a la casa de la tía y allí encontró a la anciana inconsciente en el suelo. Ella había sufrido una grave caída, y pudo haber fallecido de haber pasado más tiempo sin que nadie hubiera llegado a ayudarla.
De igual forma Lulú, un cerdo domesticado vio a su dueño sufriendo un ataque al corazón y salió a la carretera y se echó en la mitad de ella hasta que un auto se detuvo, siguió al cerdo hasta la casa donde estaba el dueño moribundo, quien pudo ser asistido.
Éstos son sólo ejemplos de heroísmo animal, existen casos de animales famosos que han sido galardonados y recordados por muchas personas, pero también existen muchos otros animales en el mundo que llevan a cabo proezas similares sin recibir más que la gratitud de la persona que han rescatado. Indiscutiblemente, ellos no esperan medallas ni ser protagonistas de películas, pero sin duda se ganan toda nuestra admiración y respeto.