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A pesar de que el gato lleva domesticado siglos, cada vez son más frecuentes los problemas relacionados a la convivencia con estas simpáticas mascotas, ¿por qué ocurre esto?
A pesar de ser considerado un animal doméstico, el gato es un animal que prácticamente no ha variado su comportamiento salvaje. Antiguamente, los gatos vivían con más acceso al aire libre, donde podían hacer su “vida de gato” normal. Hoy en día la mayoría de los gatos viven en espacios cerrados y muchas veces reducidos, que afectan su comportamiento natural.
Si bien las personas logran adaptarse a distintos ambientes y estilos de vida, el gato no logra cambiar sus hábitos con la misma facilidad. A pesar de haber conseguido realizar un gran proceso de adaptación, tiene necesidades mínimas que muchas veces se ven limitadas, y es así como nacen muchos problemas de comportamiento, que muchas veces terminan en abandono y sacrificios injustos de estas mascotas.
LA LLEGADA AL HOGAR
Antes de la llegada de un gato a nuestro hogar, debemos conocer sus necesidades básicas y cómo preparar nuestra casa para él. Al traer un gato a casa por primera vez, cualquiera sea su edad, debemos acomodarlo en una única habitación con la puerta y ventanas cerradas. Para el gato será mucho más fácil adaptarse y será mucho menos estresante que si lo dejamos desde el primer momento suelto por la casa, ya que lo más probable es que se esconda en el primer sitio que encuentre, pudiendo pasar incluso días escondido. Para evitar esto, debemos colocar todas sus cosas en una habitación poco ruidosa y tranquila, colocando el arenero en una punta de la pieza y la comida y el agua en el otro extremo. Sus juguetes y lugares de descanso o rascadores también deben estar en esta habitación.
Tras unos días, el gato se habrá adaptado a este lugar y si vemos que está tranquilo y con ganas de curiosear, se le puede abrir la puerta para que salga a explorar el resto de la casa. Este lugar de seguridad que hemos creado es muy importante para el gato, pues ante cualquier susto que tenga, siempre sabrá dónde volver para sentirse seguro, de lo contrario, si el gato se asusta, correrá sin rumbo hasta encontrar un lugar a veces inaccesible para nosotros donde esconderse, lo que generará más estrés.
Una vez que el gato se sienta seguro en la habitación que hemos creado para él, debemos distribuir nuestra casa de la siguiente manera.
1. Descanso, vida social y juego: El gato necesita subir a distintas alturas, y le gusta dormir en sitios altos y sitios blandos, si compramos un rascador con plataformas, será su lugar ideal de descanso, además de nuestros sofás y camas. Importante, para que los gatos usen el rascador, éste debe estar en un lugar de la casa en el que haya mucha vida, que normalmente suele ser el linving de casa. Si ponemos el rascador en una habitación que no frecuentamos lo más probable es que no lo usará. Luego pueden ponerse otros rascadores verticales u horizontales más pequeños en sitios como la habitación del computador por ejemplo, la cocina o nuestro dormitorio. Si el rascador tiene juguetes colgando, también será un lugar de juego aparte de lugar de descanso.
2. Aseo: Debe ser un lugar apartado y tranquilo, de fácil acceso para él. Puede estar en el baño de la casa. Debemos retirar las heces a diario y cambiar la arena una vez por semana.
3. Alimentación: Lejos de la zona de aseo, normalmente suele ser la cocina.
COMPORTAMIENTO
Es importante saber que el gato piensa que comparte su territorio con el humano, y no que está subordinado a él, por lo que no comprende los castigos o limitaciones, como la prohibición para entrar a ciertos lugares. Si tenemos un gato, debemos asumir que nuestra mascota se paseará y querrá investigar cada espacio de nuestra casa.
El gato conserva sus instintos de reproducción, caza y marcaje, y debemos tenerlo en cuenta para proporcionar ciertos elementos que sustituyan a los naturales, para evitar así que surjan problemas de comportamiento derivados de la falta de actividad o de lugares de marcaje. Son animales nocturnos, les gusta cazar, o en su defecto simular una caza como un juego, necesitan afilar sus uñas como cuando lo hacen en los árboles y permanecer parte del día en lugares altos para observar todo lo que ocurre alrededor.
1- Habilidades de Caza: El gato necesita desarrollar sus habilidades de caza, y ya que no lo necesita para subsistir, lo hará como parte del juego; para esto debemos darle elementos y juguetes para no generar problemas de ansiedad. Para esto debemos tener juguetes atractivos (no necesariamente comprados) como pelotas de papel de aluminio, hojas de árboles secas, cajas de cartón con agujeros, un bol con agua y elementos flotando, etc. Si ponemos al gato elementos nuevos como juego lo agradecerá y pasará mucho tiempo jugando. En tiendas especializadas podemos encontrar también juguetes como: ratones, juguetes de cuerda tipo caña de pescar (ideales para jugar nosotros con el gato), pelotas de goma, etc. Los juguetes para gato deben ser sobre todo ligeros, porque les encanta voltearlos por el aire y llevarlos en la boca de un lado a otro, darle patadas y correr tras ellos.
2- Reproducción y marcaje: Adicionalmente, es recomendable que evalúes con tu veterinario la opción de la esterilización del gato, para evitar camadas indeseadas y problemas de marcaje con orina o heces en nuestro hogar, sin mencionar que el comportamiento reproductivo natural de los gatos suele ser muy ruidoso y molesto en un espacio físico reducido.
Como se darán cuenta, es un error optar por un gato como mascota pensando en hay que dedicarles menos tiempo que a un perro, ya que el tiempo y dedicación será el mismo en ambos casos. El gato hace ejercicio y vida social en casa cuando estamos nosotros y, cuando lleguemos a casa por la noche cansados de trabajar, el gato nos reclamará compañía, ya que necesita jugar y recibir atención.
Sería muy irresponsable de nuestra parte pretender que es una mascota, casi decorativa, que vive en nuestro hogar y que sólo con tener alimento y agua disponible es suficiente. Hay que considerar que un gato puede vivir hasta 20 años, y será parte de nuestras vidas y de los cambios que en ella ocurran, como la llegada de los hijos, cambios de casa, de trabajo, de horarios, de situación económica, incluso de país. Debemos ser conscientes, responsables y consecuentes, de que nuestro gato forma parte de nuestra familia y estará en todos estos cambios que nos puedan suceder.
Nuestro gato donde mejor estará es con nosotros, en su casa, y debemos darle una calidad de vida óptima para evitar problemas de convivencia y tener un gato saludable y feliz.