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La garrapata es un parásito externo, que pertenece a la familia de los arácnidos, de apenas unos pocos milímetros. Se alimenta únicamente de sangre, por lo que nuestras mascotas son los huéspedes favoritos de estos parásitos. La mayoría de las garrapatas viven en la naturaleza, sobre todo en el pasto y matorrales.
También es muy habitual encontrarlas en parques o jardines y suele ser ahí donde nuestras mascotas las adquieren, en especial los perros.
En el caso de los gatos, sobre todo los domésticos, es más complicado que las adquieran en estos sitios puestos que no suelen salir de casa, a no ser que tengamos un jardín o un patio donde sí las puedan adquirir. Con esto, no queremos decir que las personas que tengan espacios abiertos en sus hogares, como los mencionados anteriormente, tengan gatos que padezcan estos parásitos, pues puede ser que nunca lleguen a tenerlas.
Lo que suele ser más habitual, es que si tenemos un perro y un gato en casa conviviendo juntos, si el perro tiene alguna garrapata que haya adquirido cuando sale a pasear es posible que pueda traspasársela su compañero felino. Esto puede suceder sin que nosotros nos demos ni cuenta.
Generalmente, las garrapatas se fijan a la piel del gato, sobretodo detrás de las orejas, en el cuello, o entre los dedos de sus patas. Poco a poco se alimentan de su sangre, y sin que nos demos cuenta van aumentando su tamaño considerablemente.
Aunque no es frecuente que un gato sufra por garrapatas, ya que es más común que tenga pulgas, si es factible que de pronto encontremos una en su cuello o detrás de sus orejas, sobre todo si nos encontramos en época cálida y húmeda. Es importante controlar este tipo de parásitos externos, ya que podrían llegar a afectar negativamente la salud de nuestro amiguito.
- FIPROKILL® Spray: Lo más efectivo en el control de pulgas y garrapatas en perros y gatos. Producto a base de Fipronil, insecticida de la familia de los fenilpirazoles, que altera el sistema nervioso central de los parásitos provocándoles la muerte. En presentaciones de 100 y 250 ml. Se puede utilizar en cachorros desde los 2 días de vida. En perros su eficacia contra garrapatas es de hasta 5 semanas, y 3 meses contra pulgas. En gatos, protege por hasta 30 días contra pulgas. Permite baños 48 horas antes y después de su aplicación.
- FIPRODRAG® Pipetas: En presentaciones de hasta 10 kilos, de 10 -20 kilos, de 20 – 40 kilos y de 40 – 60 kilos de peso para perros y presentación única para gatos. Se puede utilizar desde las 10 semanas de edad. Tiene una duración de al menos 2 meses contra pulgas y 5 semanas contra garrapatas en perros. En el caso de los gatos protege hasta 5 semanas contra las pulgas. FIPRODRAG® Pipeta permite baños 48 horas antes y después de su aplicación, sin perder su eficacia.La garrapata es un parásito externo, que pertenece a la familia de los arácnidos, de apenas unos pocos milímetros. Se alimenta únicamente de sangre, por lo que nuestras mascotas son los huéspedes favoritos de estos parásitos. La mayoría de las garrapatas viven en la naturaleza, sobre todo en el pasto y matorrales.
También es muy habitual encontrarlas en parques o jardines y suele ser ahí donde nuestras mascotas las adquieren, en especial los perros.
En el caso de los gatos, sobre todo los domésticos, es más complicado que las adquieran en estos sitios puestos que no suelen salir de casa, a no ser que tengamos un jardín o un patio donde sí las puedan adquirir. Con esto, no queremos decir que las personas que tengan espacios abiertos en sus hogares, como los mencionados anteriormente, tengan gatos que padezcan estos parásitos, pues puede ser que nunca lleguen a tenerlas.
Lo que suele ser más habitual, es que si tenemos un perro y un gato en casa conviviendo juntos, si el perro tiene alguna garrapata que haya adquirido cuando sale a pasear es posible que pueda traspasársela su compañero felino. Esto puede suceder sin que nosotros nos demos ni cuenta.
Generalmente, las garrapatas se fijan a la piel del gato, sobretodo detrás de las orejas, en el cuello, o entre los dedos de sus patas. Poco a poco se alimentan de su sangre, y sin que nos demos cuenta van aumentando su tamaño considerablemente.
Aunque no es frecuente que un gato sufra por garrapatas, ya que es más común que tenga pulgas, si es factible que de pronto encontremos una en su cuello o detrás de sus orejas, sobre todo si nos encontramos en época cálida y húmeda. Es importante controlar este tipo de parásitos externos, ya que podrían llegar a afectar negativamente la salud de nuestro amiguito.