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Todo dueño de perro ha comentado en más de alguna conversación lo lista que es su mascota, pero poco se conoce en realidad de qué tan inteligente puede llegar a ser nuestro compañero.
Y es que por todos es sabido que los perros son animales muy inteligentes. ¿Pero cómo medimos la inteligencia en nuestro perro? Los perros pueden aprender, pensar y resolver problemas, solo hay que ver como un perro aprende a avisar si ocurre algo, a abrir un cajón donde hay algo interesante o a pedir comida.
Pero estas cualidades no parecen ser propias solo de los perros ya que los gatos, por ejemplo, también pueden hacerlo. La diferencia está es que el perro viene cuando se le llama y se le pueden enseñar cosas, como sentarse y dar la mano, por ejemplo. Y esta claro que hasta el perro más lento, apagado y distraído puede obedecer más fácilmente que un gato.
Y es que la capacidad de obedecer y de aprender es lo que forma parte de nuestro concepto de inteligencia. Sin embargo, la habilidad de obedecer y aprender no es la única medida de la inteligencia. No debemos olvidar que los perros son animales de grupo, ya que nacen con el instinto de tener que integrar una jauría y, en los perros domésticos, nuestra familia y sociedad. De cachorros ya aprenden como comportarse con otros miembros del grupo. Los perros adultos entrenan a sus cachorros mediante correcciones cuando no se comportan de la forma esperada (gruñido, ladrido alto, etc.) y los recompensan por comportamientos correctos (jugando con ellos, alimentándolos, limpiándolos).
Esto hace que la capacidad de aprender obediencia básica y, eventualmente, comportamientos complejos sea innata en todos los perros, a diferencia de los gatos, cuyos antecesores salvajes son animales solitarios, por lo que en sus “genes” no está el concepto de recibir órdenes.
Pero además de esto, los humanos nos hemos dedicado durante siglos a seleccionar y potenciar los instintos caninos. Así hemos creado razas reconocidas por su capacidad de cazar, pelear o defender. Otras razas han sido seleccionadas por sus capacidades de rápido aprendizaje, como son los "Border Collies" y los "Golden Retrievers", lo que las hacen por lo común más fáciles de entrenar.
Dependiendo de lo que les quieran enseñar, los dueños de mascotas deben simplemente ser más pacientes con algunas razas que con otras. De acuerdo a esto, existen tres tipos de inteligencia canina:
- La inteligencia instintiva: es fruto de la herencia genética y dado que está inscrita en los genes, poco se puede hacer para cambiarla.
- La inteligencia adaptativa o de aprendizaje: es la capacidad de relacionar causa-efecto, y la capacidad de resolver problemas.
- La inteligencia funcional o de obediencia: es la capacidad de obedecer órdenes.
Las distintas razas de perros tienen un nivel diferente de los 3 tipos de inteligencia y es posible trabajar con un perro para que alcance el máximo de su potencial. Así mismo, si se educa a un perro adecuadamente desde cachorro se puede aumentar su inteligencia funcional y de obediencia. Y no debemos subestimarlos! Porque además se sabe que algunos pueden contar hasta cinco, entienden más de 150 palabras e incluso intentan engañar a los humanos en su beneficio. Estas son las conclusiones del psicólogo y experto en investigación canina Stanley Coren, de la Universidad British Columbia, quien ha revisado numerosos estudios para concluir que el mejor amigo del hombre tiene capacidad para resolver problemas complejos y es más parecido a los hombres y otros grandes primates de lo que se pensaba.
Según diversas medidas conductuales, las capacidades mentales del perro están cercanas a las de un niño de dos a dos años y medio. Datos de 208 perros de Estados Unidos y Canadá mostraron que en la inteligencia funcional o de obediencia, el border collie es el más inteligente, seguido del poodle y, en tercer lugar, el pastor alemán. La lista de los canes más listos se completa con el golden retriever, el doberman, el pastor shetland y el labrador. Sin embargo, un perro de inteligencia funcional media puede aprender unas 165 palabras, incluidas señales y, los más inteligentes, unas 250.
Como si esto fuera poco, nuestros amigos de cuatro patas también saben de números, ya que pueden "contar" hasta cuatro o cinco y son capaces de detectar errores como 1+1=1 o 1+1=3.
Finalmente, durante el juego, los perros son capaces de intentar engañar, de manera meditada, tanto a otros perros como a los humanos para lograr una recompensa.
Así, tienen casi tanto éxito engañando a humanos como los humanos engañan a los perros.